LA ROYAL SOCIETY Y LA MASONERÍA
La Royal Society se origina cuando doce hombres cultivados
adoptaron la costumbre, poco después de 1640, de reunirse
esporádicamente en Londres para conversar y discutir en la residencia
de uno de ellos o bien en una taberna próxima al Gresham College. Al
poco tiempo, bajo patrocinio del monarca, decidieron crear una
asociación para el estudio de los mecanismos de la naturaleza.
Para asegurarse de que los
dogmas no fueran un obstáculo, desterraron de sus asambleas toda
discusión de tintes religiosos y políticos. Y eso a pesar de que
los doce fundadores diferían tanto en cuestiones políticas y
religiosas, como en
experiencia científica y rango social.
Entre los nombres de los
primeros miembros de la Royal Society se encuentran científicos
que dieron nombre a sus descubrimientos; así, la Ley de Hooke, la Ley
de Boyle, la construcción de Huygens, las leyes de Newton, el
movimiento browniano, y esto sin contar a científicos de menor talla
como Christopher Wren, John Eveyn, John Wilkins, Elias Ashmole, John
Flamsteed o Edmund Halley. Sin embargo, los hombres que fundaron esta
Sociedad no sólo fueron los primeros científicos, sino, al mismo
tiempo, los últimos “magos”. De hecho, Ashmole pertenecía a una
sociedad de rosacruces y practicaba la astrología, Newton estudió y
escribió acerca de los conceptos alquímicos de los rosacruces, y Hooke
llevó a cabo experimentos con arañas y cuernos de unicornio.
Desde su primera reunión en
26 de noviembre de 1662 la Sociedad llevó un diario. En esa primera
reunión se reunieron en Gresham College y se acordó que la Compañía
celebraría reuniones semanales los miércoles en el propio Gresham
College.
Sus doce miembros fundadores fueron:
- El reverendo John Wilkins,
que presidió aquella primera asamblea, era hijo de un herrero de
Oxford. En el momento de su muerte, en 1672, era obispo de Chester.
- El vizconde William
Brouncker fue elegido primer presidente de la Royal Society,
porque el rey insistió en que él ocupase ese puesto. Brouncker dedicó
años a traducir al inglés las teorías de Descartes sobre la música.
También era un matemático capaz. Era masón.
- Robert Boyle había pasado la mayor
parte de la guerra civil escribiendo tratados teológicos. Físico
extremadamente competente, dio su nombre a la ley que relaciona la
presión y el volumen de los gases.
- Alexander Bruce, conde de Kincardine,
había apoyado a los Estuardo durante toda la guerra civil y se había
visto obligado a huir de Gran Bretaña. Acudió a La Haya para acompañar
a Carlos II en su regreso a Londres, formando parte de su séquito. Era
masón.
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Sir Robert Moray, masón miembro de la
Royal Society |
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- Sir Robert Moray, nacido el día 10
de marzo de 1608 había estudiado en la Universidad de St. Andrews. Era
masón.
- Sir Paul Neile, nacido el 1613,
cortesano de Carlos I, fue hecho caballero en 1633. En 1640 fue
elegido diputado por Ripon; era gran amante de la ciencia y
especialista en el paciente pulido de lentes ópticas para telescopios.
- El médico Jonathan Goddard, había
obtenido su doctorado por Cambridge en 1643, catedrático de Física en
el Gresham College, Rector del Merton College de Oxford.
- El doctor William Petty inventó la
estadística moderna. Desarrolló técnicas de registro y análisisque
supusieron el origen de la actual Oficina Nacional de Estadística.
Nacido en 1623, fue a París a estudiar Medicina y Química. Petty
ingresó en el Brasenose College (Oxford), y se doctoró. En 1650 asumió
la cátedra de Anatomía en Brasenose y además fue nombrado catedrático
de Música del Gresham College.
- William Ball era monárquico y
científico amateur. Carlos II le escogió como primer tesorero.
Fue el primer Responsable de magnética de la Sociedad.
- Laurence Rooke era catedrático de
Geometría del Gresham College.
- Sir Christopher Wren fue un
científico y el mejor
arquitecto de su generación. Nació el 20 de octubre de 1632, su padre
fue secretario de la Orden de la Jarretera. Era masón.
- Abraham Hill, tenía más de hombre de
negocios que de científico. Empezó a interesarse por la teoría
monetaria y por las finanzas.
Tales fundadores originales de la
Royal Society formaban dos grupos principales, la mitad de ellos
eran monárquicos al margen de la vida pública durante el mandato de
Cromwell y que habían vuelto a Londres buscando medrar en la corte del
rey Carlos II. Por otro lado, casi toda la otra mitad eran profesores
universitarios del bando parlamentario bajo el mandato de Cromwell,
pero que al volver Carlos al trono habían sido expulsados de todas
partes, excepto del Gresham College.
De los doces fundadores, al menos
cinco eran masones.
El último acto de la primera reunión
de la Royal Society consistió en elaborar un listado de
cuarenta personas consideradas apropiadas para convertirse en miembros
del recién creado grupo. De los cuarenta socios iniciales,
veinticuatro pertenecían al mundo universitario y dieciséis ocupaban
influyentes cargos políticos. Robert Boyle lo denominó el Colegio
invisible, y a sus miembros “piedras angulares del Colegio Invisible”
(o Filosófico, como ellos mismos se hacían llamar). «Son personas que
han decidido esforzarse por dejar al margen la estrechez de miras,
mediante la praxis de una caridad tan extensiva que llega a todo lo
que pueda llamarse hombre, a lo cual no puede sino tildarse de
universal buena voluntad. Y tal es su preocupación por la necesidad de
buenas obras, que toman bajo su cuidado a la humanidad entera».
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El Gresham College
según plano del siglo XVII |
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El papel del Gresham College
El Gresham College se creó en
1579 como consecuencia de un legado estipulado en el testamento de sir
Thomas Gresham. Y no menos de diez titulares de cátedras del Gresham
se hicieron fellows de la Royal Society cuando ésta obtuvo su
primera carta. A
saber: Christopher Wren, Walter Pope, Daniel Whistler, Laurence Rooke,
Isaac Barrow, Robert Hooke, William Petty, Thomas Baynes, Jonathan
Goddard y William Croome.
Ahora bien, Sir Thomas Gresham había
sido Vigilante o Guardián General conjunto de los masones, junto al
conde de Bedford. Poco después, el rey Jacobo nombraba al arquitecto
Inigo Jones como Guardián General de los masones y topógrafo de la
Corona. A continuación, Jones «fue designado por su soberano para
presidir logias». En 1607 el rey Jacobo colocó la piedra angular de un
nuevo salón de banquetes en el palacio de Whitehall enn presencia del
maestro Jones y de sus Vigilantes o Guardianes William Herbert, el
conde de Pembroke y el señor don Nicholas Stone, maestro masón de
Inglaterra, acompañados por numerosos hermanos ataviados debidamente,
y por otras eminentes personas invitadas para la ocasión. Inigo Jones
permaneció en el cargo masónico hasta 1618, año en que le sucedió el
conde de Pembroke.
Pues bien, el 27 de diciembre de 1663
se celebró en St. Albans una asamblea general de masones, en la que
sir John Denham fue nombrado Vigilante General del Oficio. Sir John
Denham era uno de los integrantes de la lista de miembros propuestos
para ingresar en la Royal Society. Pero también lo eran ya Christopher
Wren, William Hammond y Alexander Bruce.
Otros masones en la Royal
Society
En la logia de Scoon y Perth
hay un cuadro que retrata la iniciación del rey Jacobo VI de Escocia.
La Carta de la logia afirma: “Su Majestad el rey Jacobo VI, ingresó
como hombre libres, masón y miembro del Oficio en 1601” presidiendo la
reunión John Mylne. En 1631 otro John Mylne, hijo del John que inició
al rey Jacobo, fue nombrado maestro masón de Carlos I. El tercer John
Mylne participó en la reunión masónica de Newcastle en 1641 en la que
sir Robert Moray se hizo masón.
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Elias Ashmole,
recibido masón en 1646 en una logia de Warrington |
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El propio Elias Ashmole menciona en
su diario el 3 de enero de 1661: “Esta tarde se votó mi admisión en la
Royal Society”. Años antes, su primo, el coronel Henry Manwaring,
había presentado a Ashmole a una logia de francmasones que se reunía
en Warrington de modo que Ashmole había sido hecho masón la tarde del
16 de octubre de 1646. De hecho, en su diario anota el 16 de octubre
de 1646 que: “Me he hecho libre masón en Warrington, Lancashire, con
el coronel Henry Manwaring de Karincham, Cheshire”.
Los nombres de los
integrantes de la logia en esos momentos son el señor Richard Penket,
Vigilante; el señor James Collier; el señor Richard Sankey, Henry
Littler, John Ellam, Richard Ellam y Hugh Brewer.
Ashmole dice en su anotación
del 11 de marzo de 1682 que «recibió una convocatoria para presentase
en una logia que se celebraría al día siguiente, en Masons Hall,
Londres». En dicha logia estaba presente William Hammond, Fellow
de la Royal Society.
El simbolismo masónico en la Royal
Society
En una de las reuniones de la
Sociedad, el masón John Wilkins presentó el 10 de octubre de 1667 la
primera copia del recién terminado libro oficial de A History of
the Royal Society de Thomas Spratt. En el frontispicio de esta
obra había un grabado de John Evelyn que ponía de manifiesto la
relevancia que tenía Francis Bacon para los fundadores de la Royal
Society. La lámina muestra una habitación. La parte frontal del
saliente se apoya en un arco y en dos pilares. El suelo de la
habitación es un damero blanco y negro. En las paredes hay muchas
herramientas colgadas: cuatro compases, tres escuadras y dos plomadas,
etc. A la izquierda de Carlos II aparece sentado William Brouncker,
entonces presidente de la Sociedad. A la derecha se sienta Francis
Bacon.
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Sesión en la Royal Society de
Londres en 1841
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¿Por qué ese interés en Bacon?
Sin duda por ser el autor de La Nueva Atlántida obra publicada
en 1626 en la que Bacon establece novedosas ideas sobre la
organización de la investigación y la ciencia. El libro es una
historia de aventuras de un barco que se pierde en los Mares del Sur.
Los aventureros llegan a una isla perdida llamada Bensalem cuyos
habitantes poseen el primer sistema económico basado en la
información. En el lugar central de su civilización se encuentra la
Casa de Salomón, o Colegio de los Trabajos de los Seis Días.
Todo el personal empleado en la Casa
de Salomón tiene asignada una tarea concreta, y todas ellas combinadas
forman un vasto estudio de la ciencia. Unos extraen material de los
libros, otros realizan experimentos, otros cotejan los resultados de
éstos. Otro grupo hace viajes, y otros se dedican a investigar las
aplicaciones técnicas o a diseñar nuevos experimentos. Los maestros de
la Casa de Salomón convierten todas las tareas cooperativas en teorías
coherentes y organizadas.
La institución ejemplar
imaginada por Bacon en la Nueva Atlántida fue bautizada como
Casa de Salomón. A través de ella se pretendía «mostrar un modelo de
casa de estudios, para beneficio de la Humanidad».
Sus habitantes hacían
juramento de no revelar ciertos secretos. Los detalles del Colegio de
los Seis Días de la Creación debían ser ignorados por el resto de la
Humanidad y descubiertos tan sólo a los iniciados. El extranjero
adquiría un primer grado de conocimiento por las revelaciones de los
iniciados pero antes había sido sometido a pruebas y entrevistas no
desprovistas de ritualismo.
El símbolo de la luz es otro
rasgo que asemeja las utopías masónica y baconiana. «Pero de ese modo
veis que mantenemos comercio, no de oro, plata o joyas, ni de sedas o
especies, sino sólo de la primera criatura de Dios que fue la luz.
Y os digo que nuestro comercio era sólo para obtener la luz en
todas las partes del mundo donde fuera posible encontrarla».
La utopía baconiana recogía también el
simbolismo de la palmera que, como la acacia masónica, auspiciaba la
inmortalidad; y los miembros del Colegio de los Seis Días debían
llamarse entre sí hermanos.
La Nueva Atlántida,
de Francis Bacon, una de las principales fuentes de inspiración de
la masonería del XVII y XVIII |
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En el mismo siglo XVII el
Templo de Salomón espiritualizado había sido tomado como figura
alegórica por la literatura puritana inglesa, de la que es buen
ejemplo el libro de John Buyan, Salomon´s Temple Spiritualized.
Desde la misma perspectiva cabe analizar La Ciudad del Sol de
Campanella, la Christianapolis de Valentín Andrea o la Europa
unida de Comenius (1592-1671). En 1890/1891 se fundaba en Alemania la
Sociedad Comenius. Su primer presidente e impulsor fue Ludwing
Keller, recordando el Llamamiento que Leonhardi había hecho
veinte años antes. Y no es coincidencia que Ludwing Keller fuese un
importante masón admirador de Krause, de Comenius, Leibniz, Herder,
Krause y Fröbel.
Resulta evidente que la idea
de la Casa de Salomón estaba en la mente de los fundadores de la
Royal Society.
Extractado de: Robert
Lomas, El Colegio Invisible, Madrid, 2006, pp. 20-85 y de Pedro
Álvarez Lázaro S. J. (Universidad pontifica de Comillas), La
Masonería Escuela de Formación del Ciudadano. La educación interna de
los masones españoles en el último tercio de siglo XIX, Madrid,
1996, pp. 35-39.
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